TRILOGÍA NATURAL, por Julián Axat

a Sole Rodríguez Sabater

I

natura ignia

escupe tal fuego
que nace de sus entrañas,

ese fuego que le vio nacer
ese fuego que ya estaba en otros ojos
y pudo ser depositado allí,

siempre corriendo el riesgo:

de quemarse a sí mismo
de quemar a los otros

cómo hacer para que ese don
estalle en vida,
transforme el mundo,
sea la alegría del encuentro,
la templanza interior,

tal es la naturaleza del dragón:
construir con el tiempo
la intensidad de su fuego,
que al tocarlo sea
como la simpleza,

como agua tibia que calma


II

natura vita

hay veces que nos miran fijo
están ahí para empujarnos
para capturarnos
para que caigamos junto con ellos
a la miasma de su cotidiano

pero nosotros
escapamos rápido
luchamos contra esa metástasis
y nos vamos lejos de su tristeza

trovamos al mundo humilde
a la gente común
a los pueblos sencillos

desatamos nuestro cuerpo al goce
a donde quiera que vaya:
siempre encuentro
siempre abierto

se trata de componer un canto
que sea ausente de epopeyas
que sólo juzgue a los verdugos
sin dejarnos rencor

para nosotros

sólo alegría
sólo fuerza
sólo placer

III

natura alimentaria

recibo de tus manos tal cuidado,
un halago permanente,
mi alma que se aquieta,
de tus recetas recobradas de abuela,
membresía al cuenco de mis labios:

buen pescado,
frugal vino,
antiguas especies,
cocción justa,

tus generaciones anteriores,
se develan de repente en un plato,
sublima tu mirada cada bocado,
el gusto preciso que inscribe en mi paladar,
y un pacto afrodisíaco,
un conjuro echado a su suerte,

en la noche milenaria,
la mesa es una cama,
la cama es un sueño,
tu cuerpo está en mi boca para siempre.

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