Un joven ilegal sería expulsado de Francia en las próximas horas por no haber devuelto el libro Bartleby, le scribe, de Herman Melville, a la Biblioteca Municipal de la calle Mouffetard. Luego de repetidas adevertencias por carta a su domicilio, la biblioteca dio curso a la denuncia a la Justicia de Faltas que a su vez hizo lo propio ante la Prefecture de Police.
Hasta el momento se ha guardado bajo el anonimato la idenditad del ilegal que será pronto enviado a su país. Naturalmente es un amateur de la literatura. También se informó que no es la primera vez que tiene problemas con las autoridades francesas. En el período en que vivió en la Ciudad Universitaria de Paris, fue denunciado por las autoridades de pasarse noche y día bajando películas pornográficas "de mujeres maduras", bloqueando así el servicio de internet de los demás residentes del complejo universitario.
Hasta el momento se ha guardado bajo el anonimato la idenditad del ilegal que será pronto enviado a su país. Naturalmente es un amateur de la literatura. También se informó que no es la primera vez que tiene problemas con las autoridades francesas. En el período en que vivió en la Ciudad Universitaria de Paris, fue denunciado por las autoridades de pasarse noche y día bajando películas pornográficas "de mujeres maduras", bloqueando así el servicio de internet de los demás residentes del complejo universitario.
Ley Sarkozy
La nueva disposición fue creada por el Ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, con el fin mejorar la eficacia de la lupa policíaca contra los extranjeros. Las bibliotecas de las Mairies de todas las ciudades del país tienen la obligación de informar a los bureaux ocupados de la inmigración cualquier irregularidad cometida por extranjeros (morosidad o no devolución de libros, más que nada), con el objeto de estudiar los dossiers y así contribuir a terminar con los sin papeles.
La medida se apoyaría en la creencia de que los ilegales en Francia sienten un atractivo particular por la lectura, al contrario de los franceses que, por un lado, tienen dinero y no usan las bibliotecas populares; y por el otro, ya casi no leen.
Cabe destacar que las bibliotecas municipales, sobre todo las de París, no exigen del asociado más que la comprobación del domicilio, pero no el pasaporte con el sello del célebre Titre de Sejour.
La nueva disposición fue creada por el Ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, con el fin mejorar la eficacia de la lupa policíaca contra los extranjeros. Las bibliotecas de las Mairies de todas las ciudades del país tienen la obligación de informar a los bureaux ocupados de la inmigración cualquier irregularidad cometida por extranjeros (morosidad o no devolución de libros, más que nada), con el objeto de estudiar los dossiers y así contribuir a terminar con los sin papeles.
La medida se apoyaría en la creencia de que los ilegales en Francia sienten un atractivo particular por la lectura, al contrario de los franceses que, por un lado, tienen dinero y no usan las bibliotecas populares; y por el otro, ya casi no leen.
Cabe destacar que las bibliotecas municipales, sobre todo las de París, no exigen del asociado más que la comprobación del domicilio, pero no el pasaporte con el sello del célebre Titre de Sejour.
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